Relato ganador: Imagina


Imagina

Imagínate que ahora mismo en tu país estalla una guerra; a lo mejor hubo señales y avisos, tan chiquitos que no les prestaste suficiente atención, esperando que por apartar la cara e ignorarlo se acabaría todo, o a lo mejor luchaste con todas tus fuerzas, pero aun así aquí estás, atrapado.
Las calles en las que antes jugaban los niños ahora personas huyen de bombas y armas diseñadas para destruir todo lo que está en su camino sin importarle a qué ni a quién dañan…

Imagínatelo, tu pueblo convertido en cenizas, en un mundo gris y apagado. Las casas están destruidas, las calles llenas de humo, basura y cenizas. Ya no reconoces  tu hogar, pasan los meses y tus hijos ya no se acuerdan de cómo era la vida antes de la guerra, para ellos solo existe el ahora. Y su ahora es horrible, simplemente terrorífico, son cosas de pesadillas y películas de terror. Han visto las casas de vecinos arder y se imaginan qué harán cuando les toque a ellos huir de las llamas. Han perdido a compañeros, amigos, familiares…
Se acuestan sin la seguridad de sobrevivir la noche, viven con el miedo constante de morir en cualquier momento y en vez de aprender a leer aprendieron a identificar distintas armas tan solo por su sonido…
No puedes permitir que tus hijos pierdan sus infancias o peor sus vidas, en esta cruel vida que les ha repartido las peores cartas, un mundo que se ha olvidado de ellos. Escuchas hablar de un lugar seguro y formas de llegar, ilegales y peligrosas, pero es lo único que te queda. También sabes perfectamente de los fracasos y las muertes que se producen en el camino. Tienes miedo, pero más miedo te da morir aquí , morir y ser olvidado, convertirte en tan solo otro cuerpo abandonado bajo los escombros de las calles vacías. Sales de tu pueblo con las maletas llenas de lo esencial y el corazón lleno de miedo y de esperanza.

Ahora imagínate que estás en una patera, un barquito repleto de gente, tantas personas y todas huyendo de sus países en busca de algo mejor.
Hay demasiada gente, tantas personas que se te hace imposible moverte por  miedo a desequilibrar el peso de la barca y acabar arrojado a las aguas…
Tu vida, la de tus seres queridos y de estas personas que hasta hoy no conocías ahora están en manos de la mar. Tras cada ola que salpica la patera sientes un escalofrío y es como si estuvieras mojado hasta los huesos, piensas que jamás volverás a estar seco.
El miedo te tiene agarrado del cuello y no te piensa soltar, te deja paralizado y la impotencia te está matando, no hay nada que puedas hacer para asegurarte de que lleguéis a salvo. Si el barco es tragado por las olas, o desviado por las corrientes, no dejará que nadie escape de sus garras frías ya que las aguas son crueles y eres consciente de todas las personas que acabaron en un sueño profundo, del que jamás despertarán, en las arenas inexploradas que se encuentran en el fondo de la mar, lentamente convirtiéndose en comida para los peces.

Ahora ponte en otra situación, imagínate que estás en tu colegio nuevo, llegaste  a mitad del curso y no tienes amigos, hay dos chicas que te sonríen sinceramente cuando te ven pero no se atreven a acercarse porque los niños mayores se meten contigo y con toda persona que vea junto a ti. Te sientas en las escaleras y observas a tus compañeros correr y jugar, lo que más quieres es poder levantarte, salir corriendo hacia ellos, unirte a su juego y volver a reírte de la forma  de la que casi ni recuerdas. Pero no lo haces, sigues sentado en las escaleras, sacas el desayuno que te preparó tu madre y empiezas a comértelo. De repente  sientes un golpe fuerte en tu espalda, te giras y allí, como todos los días, están los niños que tan imposible te hacen la vida.
Vete a tu país, dice el líder del grupo. Quieres explicarle justo por qué no puedes volver, por mucho que te gustaría poder olvidar sus caras y volver a ver las de tus amigos que perdiste y que jamás volverás a ver, pero sabes que es inútil. No dominas suficientemente esta lengua nueva y extraña como para describirles el mundo del que vienes y, de todas formas, no les importaría. Igual que todos los días, se turnan para pegarte y vuelves llorando a tu casa, cubierto de tu propia sangre…

Entiende esto, ellos nunca pidieron una guerra, nunca pidieron ser obligados a huir de todo lo que conocían, pero fueron obligados a hacerlo. No vienen aquí para quitarte el trabajo, ni el dinero. Vienen buscando un lugar donde poder vivir en paz, un lugar donde poder criar a sus hijos sin tener el miedo a que se los roben en cualquier momento. Yo imagino que estando en su lugar lo que quisiera seria un poco de ayuda, un poco de simpatía y, por supuesto, respeto.
Porque decirles que vuelvan a su país es desearles volver a la tortura de la que escapan, desearles volver a situaciones que probablemente los matará.
 Así que, si ves a una persona que viene de otro país, guárdate los comentarios racistas y xenófobos porque sobran, ponte en su lugar y ten un poco de simpatía. A la sociedad de hoy en día le falta un poco de corazón, porque no nos importa un problema hasta que nos vemos afectados. No podemos seguir así. Despiértense.

    Beatrix María Luque Twiss (4º ESO B, curso 2019/2020)


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